- Los libros son el cauce común de la vida de la inteligencia y del espíritu. Donde están los libros está la libertad. Por tanto, se considera conveniente promover la lectura para fomentar una visión crítica de la realidad y aprender a vivir de una forma libre ante la manipulación del pragmatismo imperante.
- La literatura/ficción no nos aleja de la realidad sino que nos acerca, nos ayuda a comprenderla y actuar mejor sobre ella. De este modo, nuestra vida se potencia con lo real y lo posible; no sólo con lo necesario. Lectura y vida; ficción y realidad no se oponen entre sí.
- Enseñar a leer es enseñar a ver, a mirar, a asombrarse, a temblar; finalmente a anhelar el descubrimiento de otros mundos que nos saquen de pequeños espacios cerrados. Enseñar a leer es formar personalidades únicas que no repitan patrones establecidos.
- Enseñar a leer es enseñar a descifrar las frases, las líneas y dentro de cada línea, la historia que hay detrás de cada realidad.
- Reafirmar el valor del profesor y de la familia como verdaderos agentes de transmisión de “saber leer, saber vivir”. Acompañarles en el proceso de la lectura: leer en clase, leer en alto, representar lo que leen, debatir para que puedan emitir un juicio propio.
- Ser cómplices de los niños y de los jóvenes. Conocer sus gustos, intereses y aficiones. Construir desde sus propios gustos. Y desde ahí, aprovechar para apoyar, no derribar y poder llevarles a la buena literatura, a los "libros gordos" como bien arduo.